sexta-feira, 2 de maio de 2008

Alberto Peyrano envia El Rancho É la Cambicha




O Assessor Musical do Grupo Doce Mistério, Alberto Peyrano,da Argentina, nos envia essa delícia de reminiscência:

Imagens>cenas de costumes argentinos, por Florencio Molina Campos(enviadas gentilmente por Alberto Peyrano:"Periconchico e "El baile").Reparem na semelhança com as danças juninas brasileiras.

Divulgação:Clevane Pessoa

Diretora regional do InBrasci (Instituto Brasileiro de Culturas internacionais, cuja Governadoria mineira fica em Mariana, a primaz de Minas, sob a coordenação de Andréia Donadon(Deia Leal)em Belo Horizonte, MG,Brasil


"EL RANCHO E' LA CAMBICHA
(1950)



Letra y Musica: Mario Millán Medina

Voz: Antonio Tormo
(1913-2003)


Esta noche que hay baile
en el rancho 'e la Cambicha,
chamamé de sobrepaso
tangueadito bailaré.
Chamamé milongueado
al estilo oriental,
troteando despacito
como bailan los tagüé.
Al compás de acordeona
bailaré el rasguido doble,
troteando despacito
este doble chamamé.
Y esta noche de alegría
con la dama más mejor
en el rancho 'e la Cambicha
al trotecito tanguearé.

¡Van a estar lindas las chanzas!
ja ja ja ja ja ja ja
¡Le hablaré lindo a las guainas
para hacerles suspirar!

Luciré camisa e’ plancha,
mi pañuelo azul celeste,
mi bombacha bataraza
que esta noche estrenaré.
Mi sombrero bien aludo,
una flor en el cintillo,
una faja colorada
y alpargatas llevaré,
un frasco de agua florida
para echarle a las guainas
y un paquete de pastillas
que a todas convidaré.
Y esta noche de alegría
con la dama más mejor
en el rancho e’ la Cambicha
al trotecito tanguearé.

¡Van a estar lindas las chanzas!
ja ja ja ja ja ja ja
¡Le hablaré lindo a las guainas
para hacerles suspirar!

¡Van a estar lindas las chanzas!
ja ja ja ja ja ja ja
¡Le hablaré lindo a las guainas
para hacerles suspirar!

¡Para hacerles suspirar!



"El cantor de las cosas nuestras", Antonio Tormo, nació en 1913 en la provincia de Mendoza, hijo de inmigrantes valencianos. Tres meses antes de su nacimiento su padre falleció de tifus y su madre, años más tarde, se casa con su cuñado, Ramón Tormo. De esta unión nacieron sus tres hermanos. A los 10 años los Tormo se radicaron en San Juan, donde Antonio realizó sus primeros primeros estudios en la Escuela de Artes y Oficios, donde se graduó como “tonelero profesional”. Terminado el curso y con necesidad de ayudar a su familia, el joven vuelve a Mendoza porque en San Juan estaba prohibido que los menores trabajaran en la bodegas. En su provincia natal, ocupa el lugar que antes dejara su padre en la bodega Giol. Se hospeda en casa de Diego Canale, con quien forma un dúo para cantar en fiestas familiares. Al poco tiempo se presentan en un concurso en Radio de Cuyo y, sin participar, ganan, ya que al escucharlos el director de la emisora los contrata directamente. A los 21 años retornó a San Juan, donde comenzó a trabajar en la bodega El Globo. Lleva con él a Canale y los dos consiguen dos audiciones semanales en una radio local. Pero el dúo decidió probar suerte en Buenos Aires y allí es donde Buenaventura Luna los alerta sobre las dificultades que encontrarían en la Capital Federal y les ofrece venir con ellos pero formando un conjunto. Así nace el famosísimo conjunto folklórico "La Tropilla de Huachi Pampa". En 1937 debutan en Radio El Mundo de Buenos Aires y logran un contrato exclusivo por un año para hacer "El Fogón de los Arrieros", donde además de cantar, realizaban una especie de radioteatro, donde actuaban otras figuras. Luego de una actuación en Uruguay, cinco años después se separó de “La Tropilla...” y formó “Los Arrieros Cantores”, pero al terminar el contrato Tormo regresa a San Juan e instala un taller donde arregla bicicletas, decidido a abandonar el canto. Tres personas lo alientan a seguir, lo llevan a cantar nuevamente a LV1 y en 1945 contrae enlace con Elena Casella. Seguidamente obtiene un contrato para actuar en Radio Aconcagua de Mendoza. Su éxito era tal que era necesario colocar policías en la entrada de la radio pues la gente, que pugnaba por entrar, rompía los vidrios de la emisora. Al poco tiempo surge la gran posibilidad para actuar en Buenos Aires. Desde Colombia piden grabaciones de voces argentinas y entre tantas otras va la de Tormo cantando el vals "Cuando no me quieras". Como respuesta, llega una carta desde Medellín que dice: "Gardel hay uno sólo. No nos interesan los imitadores. Queremos discos del "Gran Tormo". Así, las versiones de "El Cantor de las cosas nuestras" comienzan a venderse de manera extraordinaria en Colombia y es llamado desde aquel país. Tormo parece haber encontrado la senda del éxito, pero lamentablemente cierran la exportación, quedando el contrato pendiente. La RCA Víctor, en la que había grabado un disco, pierde el interés en los solistas y le sugiere que forme un dúo. Tormo se niega y consigue finalmente que la compañía grabadora le auspicie un segundo trabajo, incluyendo "Los ejes de mi carreta" y "Amémonos"; con este ultimo sobrepasa el millón de unidades vendidas. “Amémonos” se convierte en el "boom" de Tormo y sus actuaciones radiales con concentración de multitudes: la gente formaba colas de cuadras para verlo y oírlo cantar. Sus discos alcanzan también gran difusión en Montevideo y en Mar del Plata donde se sintoniza la mayoría de las emisoras orientales. Triunfa así en Montevideo y la repercusión es tan notable, que el público colma totalmente la capacidad de las salas y cubre, inclusive, el espacio de la calle. Chile lo reclamó también con un contrato fabuloso y se realizó una propaganda como nunca se había hecho: tranvías con su fotografía en gran tamaño recorrían la ciudad de Santiago. Fue recibido en el país hermano como un verdadero ídolo y durante un mes su nombre fue el centro de todos los comentarios, llegando a encabezar la venta de discos con “Mis Harapos” y “Mama vieja”. Retornó a Argentina para cumplir un contrato pendiente con Radio El Mundo. Fue entre 1950 y 1951 que estrenó y grabó "El Rancho e' la Cambicha", que se transformó en el disco más vendido de la historia argentina: alcanzó una cifra total de 5 millones de copias. En 1955, cuando se produce el golpe militar que derrocó a Perón, Tormo estaba en la cumbre de su éxito y, por cargar con la culpa de ser demasiado popular, fue abruptamente silenciado. Sin embargo, su público a pesar de la falta de difusión, exigía las versiones de sus temas más exitosos con tal insistencia que los empresarios, que habían destruido las matrices de sus discos, tuvieron que recurrir a la colección particular del ídolo para reponerlas. Durante los últimos cuarenta años y en razón de los vaivenes de la política, Antonio Tormo resurgió y desapareció de los medios de difusión y de los escenarios, en tanto y en cuanto se fueron sucediendo los gobiernos civiles y militares. El advenimiento del último proceso democrático iniciado en 1983 desterró las censuras. Para Antonio y todos sus colegas comenzó una etapa de reivindicaciones y surgimientos que perduró hasta su muerte. En consecuencia, el "Cantor de las cosas nuestras" reconquistó a su público obteniendo la adhesión de nuevos admiradores, incluidos los seguidores de los géneros folklóricos de vanguardia y los del rock nacional. Antonio Tormo fue todo un ejemplo en la vida y en el arte. Cuando podría haber descansado sobre el prestigio ya obtenido, siguío estudiando y tomando lecciones de técnica vocal con el fin de mantener inalterable la calidad de su voz. También y gracias a la practica de deportes en su juventud, tuvo un muy buen estado físico hasta el fin. Al cumplir 85 años, cuando todavía fatigaba escenarios, declaró: "El secreto de continuar cantando a pesar de mi edad es que siempre tuve conducta y cuidé mi salud. No fumo, no usé ningún tipo de drogas y hoy día hago vocalización con una profesora dos veces por semana. El día en que no me emocione o no sienta el gusto de cantar voy retirarme". Afable, se mantenía interesado por las nuevas voces del folclore.
Armando Tejada Gómez, en el 'Diario de Cuyo' de San Juan, escribía el 18 de setiembre de 1998 (día del cumpleaños de Tormo): "La voz del poeta fue en la ocasión la voz del pueblo que creció a la par del cantor y clavaba el dial en Radio Belgrano para escuchar esa campana terrestre que se llamaba Antonio Tormo; de oficio tonelero, hombre de trabajo pesado al que un día se le instaló el sueño del canto y comenzó a cantar entre la gente y fue la gente la que hizo un Tormo. Porque Tormo es un amasijo popular, una escultura hecha por su propio pueblo al que respondió sin dar jamás un paso atrás. Cantó todo lo que tenía que cantar. Cantó al niño desvalido, cantó a los pobres, cantó la alegría de los vinos jocundos de nuestros valles, cantó al amor y cómo..."

Puedes ver aquí http://youtube.com/watch?v=lhkZLs5iO-g un homenaje a Antonio Tormo con la música de "El rancho 'e la Cambicha".
En http://youtube.com/watch?v=U2Ou2yJLevY hay un video donde Tormo canta la cueca "Los 60 granaderos", sobre escenas de la batalla de Maipú, de la película argentina "El Santo de la Espada" de Leopoldo Torre Nilsson, protagonizada por Alfredo Alcón."

Imágenes: Escenas costumbristas argentinas de Florencio Molina Campos

Alberto Peyrano
Assessor Musical do Grupo Doce Mistério
http://br.groups.yahoo.com/group/Doce_Misterio

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1 Comentários:

Às 2 de maio de 2008 às 12:13 , Blogger Alberto Peyrano disse...

Muito obrigado pela postagem querida amiga. Os nossos paises têm muita coisa em comúm, além de ser vizinhos: fé no futuro, bondade de coração, povos sofridos e explorados, música ímpar, a mão aberta para todo mundo sempre com gratidão, um grande amor pela terra natal em particular e pela humanidade em geral.
Ahhhh! esquecia, sim: os nossos paises não sabem votar nem escolher os candidatos certos!!!!!
Depois lamentamos e choramos muito.... quase sempre!!!!!!
Virtudes e defeitos, não é? rsssss
Beijos, Alberto

 

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