México
MAGNO FERNANDES DOS REIS
Evidentemente, que sim - e agradeço o envio virtual :tenho sempre sede de conhecer e divulgar tudo que diz respeito à América Latina,encaminho também a matéria para brenda mars, Presidenta do Instituto Imersão latina, IMEL (http://imersaolatina.blogspot.com) e posto em http://todosnosotros.blogspot.com.
MUSEO: ¿Derecho o Privilegio?
Por Magno Fernandes dos Reis. pacal2007@yahoo.com.mx o 9671102021
A Blanca González
Hola Magno,
Recibo y leo las columnas e informaciones que envías y, además de mandarte muchos saludos y felicitaciones, quiero compartir contigo la existencia de una fuerte polémica que se ha desatado alrededor de la creación del nuevo museo de la UNAM, MUAC. Te lo aviso por tus comentarios sobre la falta de crítica y de alternativas para los artistas chiapanecos.
Te mando un saludo y muchas felicidades
Blanca González
Este puerto fluvial detenido en el tiempo admira a quien lo visita gracias a la armonía de su arquitectura y la alegría contagiosa de su gente. No por nada lo llaman la “Perla del Papaloapan”, río en cuya orilla se asienta
El nuevo Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC) inaugurado el 26 de noviembre de 2008 genera polémica sobre su utilidad. Hay quien lo conmemora, como factor de desarrollo de las artes plásticas en el Continente y México. Otros argumentan que el museo es elitista, pues sólo pueden exponer artista perteneciente al mercado del arte internacional. Sin embargo, hay quien pregunta: ¿no seria prioritario mejorar los museos ya existentes?
El lenguaje visual migra de las obras de arte a las finanzas. Los objetivos del museo se dislocan del programa cultural a la selección de un director de marketing, capaz de crear un espectáculo para atraer el público. ¿Para qué, lo mismo? El espectáculo-fenómeno que ocurre desde hace más de una década en Europa y Nueva York, llega en México con MUAC. Mientras los artistas y los intelectuales preguntan sobre los pros y contras de este emprendimiento, los pueblos como Tlacotalpan (Veracruz); San Cristóbal de las Casas (Chiapas) y otros son apartados del proceso decisorio de la metrópoli. Vivimos en México y Brasil esta paradoja, ya que sin los creadores de obras de arte y sin el pensamiento sobre ellas, los museos no habrían funcionado hasta hoy.
¿Se está volviendo el arte una mera mercancía? Las calles coloridas de Tlacotalpan (mitad tierra, en náhuatl) revelan que cada pueblo tiene su lenguaje visual y su intérprete es la arquitectura con portales continuados determinados por el clima cálido y lluvioso. Esas casitas coloridas poseen elementos estilísticos de época.
Magno y el Guía Armando Vergara Mendiola.
En las pinturas de Salvador Ferrando (1830-1908) y de Alberto Fuster (1872- 1922) el silencio es lenguaje. Estos pintores regionales, en su época, hablaron un lenguaje que se ajustaba a temas esenciales. Las pinturas son crónicas visuales de la comunidad costera del Río Papaloapan (río de las mariposas en náhuatl). Los pintores trabajaron mucho, y bien, para inmortalizar a las personas que conocían y a los paisajes. Las manos de los pintores estuvieron presentes en la Capilla de la Candelaria (1779) diseñada por Juan Medina con estilo árabe e influida por el Barroco español. La pintura de la región es reconocible por la temática local y simbólica, por su libertad y naturalidad al tratar figuras y espacios, por su colorido violento y crudo. Sin embargo, en cada pincelada es perceptible la ternura. Mirar una pintura de Fuster equivale a penetrar en el alma del romanticismo mexicano y comprender la frivolidad de los ambientes intelectuales y artísticos. La vida de Fuster es la encarnación de estas experiencias que culminaron con su trágico suicidio en un hotel de Austin, Texas, el 27 de enero de 1922. Fuster pintó, en Tlacotalpan (1917) el lienzo “Mi Abuela en Traje de Novia”. Es una escena teatral donde el espectador ve un grupo de mestizas, mulatas y negras felicitando a la bella desposada en su traje nupcial. La novia es una criolla de traje blanco veracruzano con el pañuelo de punto; su tocado de trenza es sostenido por un peine de oro de filigrana; y lleva en la mano derecha un abanico de marfil del oriente. La novia está sentada en un butacón, mueble característico de la región.
Mi abuela de novia y Alberto Fuster.
La pintura de Tlacotalpan es reconocible por esa temática local y simbólica, por su desenfado y desparpajo en tratar figuras y espacios, por su colorido las más de las veces violento y crudo. Y por su misma ternura.
En el tríptico de la Casa de la Cultura Agustín Lara se presenta a Cristo como un rebelde del mismo modo que Luzbel y Prometo, el pintor José Clemente Orozco reconoció en este tríptico señales de su propia flagelación y de su marginalidad absoluta en lienzo. El lenguaje visual es la imagen límite de ese exilio interior y de la justicia social irrealizable.
Salvador Ferrando percibió el fin del siglo XIX y el principio del XX, cambio de mentalidad y de estética. La aceptación del mundo ideal y equivocado opone a la crítica rígida y cadenciosa. Ferrando se destaca en el género del retrato. Ferrando no se reduce a la aplicación de recetas y convenciones de la Academia, sino que a pesar de ellas proyecta a los personajes, dentro de su contexto social, económico y político reflejando en cada lienzo su individualidad. Sus magníficos retratos de mujeres son homenajes a la mujer: a su intelecto, su belleza y su vida interior. Como Hermenegildo Bustos, Julio Montalvo, Agustín Arrieta, él figura en los pintores que se devotaron al espíritu de libertad y dignidad humana.
Museo Salvador Ferrando. Aquí se guarda una pinacoteca, obra de reconocidos autores locales como el mismo Ferrando o Alberto Fuster, cuyo cuadro Mi abuela en traje de novia es una joya. Además hay una colección de muebles que pertenecieron a casas tlacotalpeñas, así como objetos de arte decorativo procedentes de distintas partes del mundo que evocan aquella época dorada. Manuel M. Alegre 6. Martes a domingo, 10 a 17 horas. Tel./fax. 01 (288) 884 2385.
¿Como crear museos internacionales sin menoscabar la importancia de los museos regionales? El gran desafío de Graciela de la Torre en esta zona de conflicto es pormenorizar el horror del mercado para eliminarlo; tarea sobrehumana porque el imposible ignorar sentimientos, preferencias, prejuicios o fingir objetividad ante el dolor y la miseria.
El museo no es el espacio arquitectónico ni el espectáculo. Creo que el lenguaje subsiste al artista, al tiempo, a la ideología, al espacio y a los administradores de museo. Las muestras son un conjunto de batallas cortas y lo importante son las obras, no el desplazamiento de artista a grandes museos. Los artistas conocidos son más fríos, y el público quiere sentir las emociones del terreno. El museo regional es el factor de equilibrio entre las metrópolis y periferias.
Cabe al curador y a la universidad resguardar y confrontar divergencias, sumar puntos de vista, exhibir el espectro de la polémica, juntar las interpretaciones encontradas es enseñar las obras y colocarlas al servicio de la racionalidad. Si el museo no ofrece un mínimo de credibilidad, las muestras de arte se vuelven inconsecuentes. El museo debe ser un proceso orgánico y no un mosaico desigual. Hay demasiadas fundaciones y museos que necesitan presupuesto para mantenerlos, además de formar y actualizar sus acervos.
En las obras de los museos de Tlacotalpan queda visible el factor de equilibrio mencionado Blanca González Rosas (Proceso 1673, 1668, 1677,1678) para comprender el lenguaje visual. De nada valen las megas exposiciones si el público resulta más confuso, y más vulnerable ante las artes. Lo más grave es que el mercado controla la comercialización de las obras de arte en los museos sin la prospección del valor virtual de la producción artística y sin el procesamiento de su existencia social.
La función social del museo es exhibir las bases de la cultura regional pero el MUAC se distancia de los museos regionales como el Museo Salvador Ferrando. Hay que crear museos tomando en serio a la cultura regional y popular. El éxito de los pequeños museos regionales es que son verdaderamente humanista, algo tan fácil de comprender pero tan difícil de practicar.
Salvador Ferrando (1830 - 1908)
Panorámica de Tlacotalpan
ca. 1874
óleo sobre tela
57.00 X 99.50 cm
Gobierno del Estado de Veracruz-SEC-IVEC-Museo de Arte del Estado de Veracruz
Tlacotalpan. Una próspera ciudad y un lugar de descanso para una sociedad refinada y culta. Ferrando marchó a Roma a la temprana edad de 17 años estudió en la Academia de San Lucas y después de una larga estancia regresó a Tlacotalpan ahí pintó varias vistas del Papaloapan por el que transitan los grandes navíos de ruedas típicos del fin de siglo. Las panorámicas son captadas a distintas horas del día, en un estilo alejado del impresionismo que empezaba a definirse en Francia.
Infelizmente, não foi possível transportar as belas fotos enviadas, mas se tiverem interesse, escrevam para o Magno (
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1 Comentários:
Muy buena reseña de lo que es Tlacotalpan y sus pintores, a pesar de la modernidad de esta época, sigue estando inmersa en la tranquilidad que la caracterizado siempre, soy un Tlacotalpeño que como ellos salió jovem de su terruño, lo que me ha hecho amarla más, por ello le he dedicado el blog Tlacotalpan, Perla del Papaloapan http://perladelpapaloapan.blogspot.com Saludos.
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